Pensamiento del día

Striking Stache

Algunas ideas son demasiado inflamables como para ser expresadas en voz alta.

Aunque a menudo se suelen usar de manera indiscriminada como sinónimos, en realidad los conceptos de sencillez y simplicidad son muy distintos.

Tengo muchas historias y cada vez que cuento esa en particular siempre surge la misma pregunta: «¿y cómo es que pudiste hacer eso?». La verdad es que es muy fácil cuando la otra persona te importa tan poco; lo realmente difícil es llegar hasta ese grado de indiferencia.

Valores fundamentales

DSCN0089Todos tenemos ciertos valores fundamentales, ciertas reglas que marcan nuestra conducta, algo así como la moral y la ética que dictan cómo y quiénes somos. Una vez más, rebuscando entre los papeles de mi escritorio me he encontrado con una lista bastante curiosa:

Valores fundamentales

  1. No hablar de los valores fundamentales.
  2. La sencillez es la mejor manera para conseguir tu objetivo.
  3. Pienso cosas impresionantes luego lo soy.
  4. Decir siempre la verdad… Excepto cuando esos pantalones te hacen parecer una morcilla.
  5. Apuñalar a cualquiera que se atreva a acusarme de sobreactuar.
  6. Hacer cualquier cosa que sea necesaria para completar una tarea… Menos en los momentos para descansar.
  7. Esforzarse para ser cómodamente adecuado.

Como boceto no está nada mal.

Disfruta de las cosas sencillas

Las cosas sencillas son las que con mayor probabilidad te pueden hacer feliz y si no lo crees, fíjate en los niños. Si alguna vez has tenido la oportunidad de ver cómo un pequeñajo abre un regalo habrás podido observar cómo se entretiene con el papel de regalo, con la caja donde venía guardado o, más probablemente, con ese plástico que tiene burbujas de aire.

Da igual lo que le hayas regalado, ese dichoso invento es como un agujero negro supermasivo que atrae la atención del crío como nada en el universo. De hecho, muchos adultos todavía se entretienen explotando esas pequeñas bolsitas de aire cuando cae ese tipo de embalaje en sus manos. Es lo más sencillo del mundo, dos láminas de plástico entre las que ha quedado algo de aire en medio. Es como cuando querías forrar tus libros con plástico adhesivo, sólo que en ese caso intentabas por todos los medios evitar que se formase una arruga o una burbuja.

Unas hojas de papel y un par de lápices de colores, por ejemplo, son unos de los mejores juguetes que puedas darle a un niño. Tendrá la oportunidad de experimentar con sus manos, con los colores, con su imaginación y hasta con su memoria. Siempre me han parecido muy curiosos esos dibujos en los que recrean a los adultos como seres de piernas desproporcionadas en relación al resto de su cuerpo. No es más que la expresión pictórica de lo que ellos mismos ven con sus propios ojos, la perspectiva que tienen de los adultos desde su punto de vista.

Ya cuando somos mayores pensamos en divertimentos más elaborados cuando una puesta de sol o un amanecer son dos de los espectáculos más maravillosos que podamos observar. El sonido de la lluvia, el cantar de los pájaros o el romper de las olas en la orilla del mar son cosas a las que no les prestamos suficiente atención. Sólo en algunas ocasiones, como cuando estamos acompañados por alguna de esas personas especiales que provocan en nosotros una feliz calma, es cuando nos detenemos y somos un poco más conscientes de la belleza de la sencillez.

Estas y otras cosas, que tan a menudo pasamos por alto, son las que esconden mayores y mejores momentos de satisfacción cuando logramos disfrutarlas.