El valor de una mentira

EvidenciadorCuando tratamos a nuestros pacientes nos colocan en una posición un tanto comprometida a la hora de responder a sus preguntas. ¿Debemos ser rigurosos y asépticos? O por el contrario, ¿debemos modificar la información llegando en ocasiones a omitir ciertos aspectos y no ser fieles a la verdad? Es una decisión un tanto complicada porque, aunque soy de la opinión de informar sin sesgos, lo cierto es que en ocasiones siento que no debo ser así.

Por ejemplo, tengo una paciente de más de 90 años de edad, sin deterioro cognitivo y con secuelas de una intervención quirúrgica debido a una fractura de cadera. Es capaz de realizar la marcha únicamente en paralelas y de vez en cuando me suele preguntar «¿volveré a caminar?». Sé a lo que se refiere, ella desea volver a coger su andadora y pasearse de un lado a otro como más le plazca y yo sé que no lo va a volver a conseguir. Mi respuesta es siempre la misma: «¡pero si ya estás caminando!».

Ella nunca se queda contenta con mi respuesta, al igual que yo tampoco lo estoy. «Tú sabes a lo que yo me refiero, esto no es caminar» ha dicho en alguna ocasión con tono triste en su voz. «Estás todo el día sentada y aquí puedes ponerte de pie y andar al menos un rato. ¿No es eso caminar?» le contesto mientras le sonrío. Ella sonríe con melancolía mientras dice «es verdad, al menos puedo hacer esto» y sigue con sus ejercicios.

Quiero pensar que le doy ánimos para no dejar de perder el interés en, al menos, ponerse de pie un rato al día y darle algo de movimiento a sus piernas. Es lo que calma mi conciencia a pesar de no ser totalmente sincero con ella pero, ¿qué bien le haría decirle toda la verdad y nada más que la verdad?

Trabajar en el ámbito de la Geriatría tiene estos y otros momentos agridulces.

Preguntas

SecuelasLa verdad es que desde el pasado 26 de julio he sido asaltado a diario con todo tipo de preguntas acerca de mi accidente y mi nueva condición funcional. Las más frecuentemente formuladas han sido las siguientes y suelo contestar con distintas respuestas dependiendo de quién me pregunte.

¿Qué te pasó?

  • Estaba echando un pulso y tuve una fractura abierta de radio, pero gané porque el otro se desmayó al ver la sangre y el hueso por fuera.
  • Estaba con la bici, me saltó una cabra en medio del camino y por no pasarle las ruedas por encima la esquivé como pude y acabé en el suelo.
  • Estaba con la bici y tuve que echar mano del freno trasero pero como no era suficiente usé el delantero e hice un salto mortal carpado hacia delante con medio tirabuzón terminando sobre el asfalto.

¿Y qué te hiciste?

  • Me raspé un poco, pero el problema vino cuando me puse a hacer break-dance para comprobar si me había pasado algo grave y fue entonces cuando me rompí el brazo.
  • Me lijé el codo izquierdo y me fracturé el radio derecho, fin de la historia.
  • Al principio no pensé que fuese demasiado, el codo izquierdo sangrando y en carne viva y en el derecho pensé que había sido simplemente un esguince pero el dolor era demasiado intenso a la pronosupinación así que empecé a sospechar que tenía una fractura de la cabeza del radio.

Seguro que ibas haciendo el loco / ibas rapidísimo…

  • Qué va, el tema es que estaba despistado mirando el escote de una chica que pasaba por allí y cuando reaccioné era demasiado tarde.
  • Pues sí, iba de pie sobre el sillín haciendo malabares con machetes afilados.
  • Al contrario, iba bastante tranquilo hasta que cambió el semáforo a rojo y tuve que frenar sí o sí para evitar ser arrollado en una intersección.

¿Y cómo hiciste después de caerte?

  • Pasó mi ángel de la guarda pidiéndome disculpas por llegar tarde, porque por lo visto estaba echándose unos camarones y unas cañas con unos compañeros de promoción y entre una cosa y otra se lió el tema y se le hizo un poco tarde.
  • Pasaba por allí un perro, que me meó encima, pero conseguí convencerlo para que fuese hasta mi casa y avisase a mi hermana.
  • No había nadie para ayudarme, así que me quité la bici de encima, me levanté medio mareado, me senté en un banco cercano, me lavé como pude la herida del codo izquierdo con el agua que llevaba, me valoré el brazo derecho hasta dar con el posible diagnóstico, improvisé una suerte de cabestrillo con mi camiseta y usé mi móvil para avisar a mi hermana para que me llevase a urgencias.

Y en urgencias tuviste que esperar, ¿no?

  • Qué va, se ve que no sabes que la Sanidad canaria y en concreto el Servicio de Urgencias del HUC funcionan a la perfección.
  • Me dio tiempo de contar las baldosas de la sala de espera, el número de asientos y hacer amistad con un tío que tenía fractura de clavícula y al que el analgésico intravenoso que le administraron le provocó una reacción anafiláctica acojonante.
  • Nada más llegar me pusieron un cabestrillo de verdad, tres horas y media después me atendió una doctora con cara de prepotente amargada que me hizo sufrir porque quería comprobar por sí misma mi diagnóstico, media hora después sufrí todavía más para sacarme una radiografía lateral y otra anteroposterior del codo, una hora después pasé a un box para seguir sufriendo mientras limpiaban con una esponja mi codo izquierdo a la vez que enyesaban mi brazo derecho, luego me comunicaron que pasaría la noche allí a la espera de ser ingresado y me metieron en una sala llena de sillones articulados con dos enfermos de neumonía, uno con angina de pecho inestable, uno con un rechazo a una malla de contención para una hernia inguinal y una chica con pielonefritis. Fue entonces cuando me pusieron una vía y me administraron analgésicos para poder dormir.

¿Y dónde te ingresaron al final?

  • Me abdujeron unos alienígenas, del resto no me acuerdo.
  • Me confundieron con otro paciente y me querían llevar a un psiquiátrico. Menos mal que al final encontraron al que iban buscando y me dejaron tranquilo con lo mío.
  • Quería que me llevaran a La Colina o a San Juan de Dios, al final me trasladaron al segundo después de ducharme y almorzar.

¿Y cómo haces para ducharte, vestirte, comer y demás necesidades biológicas?

  • Tengo una asistente personal, antes vivía en la mansión Playboy.
  • Soy totalmente independiente, uso mi mano izquierda, los pies, la boca y demás partes de mi cuerpo.
  • Para las tareas que usaba la izquierda no hay problema, para las que usaba la derecha intento apañarme con la otra y para las que usaba las dos pues trato de hacer lo que puedo con la izquierda. Cuando no puedo, pues pido ayuda, principalmente para la ducha, que tengo que impermeabilizar mi brazo derecho y manejar la esponja con el izquierdo. También para vestirme, sobre todo para ponerme las camisas y camisetas.

¿Y no te da vergüenza?

  • No precisamente, en realidad me da rabia que las jovencitas me vean desnudo de manera gratuita. Normalmente suele suceder que cuando comparto la ducha con otra mujer ella también está sin ropa.
  • Después de la primera vez te acostumbras a que las auxiliares te vean por los pasillos y se ruboricen, sobre todo las más jóvenes.
  • En cuanto al número de elementos anatómicos estoy dentro de la media, no poseo ninguna anomalía extraña ni nada parecido. Cuando tu mayor interés es poder asearte creo que la otra persona siente más vergüenza que tú. Además, forma parte de su trabajo, ¿no?

¿Cuánto tiempo estuviste ingresado?

  • El suficiente, me dio tiempo de conocer a todas las auxiliares y enfermeras que trabajaban en mi planta.
  • Me aburrí demasiado, podría haber estado en mi casa haciendo cosas más productivas, aunque seguramente hubiese pasado mucho más calor y no hubiese tenido tantos cuidados por parte de las enfermeras.
  • Los primeros tres días me estuvieron haciendo las pruebas para la operación y el cuarto día madrugué para entrar en quirófano a primera hora de la mañana. Tuve un compañero que fue intervenido de un Dupuytren y se marchó al día siguiente, y el segundo fue intervenido el mismo día que yo para una sustitución total de rodilla pero se quedó en la UCI por problemas cardíacos que tenía desde hacía años. Me dieron el alta al día siguiente, así que estuve ingresado durante cinco días y cuatro noches.

¿Qué te hicieron en la operación?

  • Buscaron en el matadero algún codo que fuese compatible conmigo, pero como no dieron con ninguno usaron el de un cadáver.
  • Me rajaron el codo, me estuvieron hurgando ahí dentro y según me comentó el traumatólogo, me pusieron un poco de poxilina y un par de alambres para agarrar los trozos.
  • Mientras la anestesista me ponía una vía nueva y limpiaba la sangre que manchaba mi brazo y la mesa de operaciones me dio tiempo de hablar con mi cirujano. Le comenté que soy fisioterapeuta y necesitaba el mejor resultado posible, él me dijo que entonces tenía más presión por tratarse de un colega sanitario, que me pondría dos clavos ya que el fragmento parecía grande y así tendría más consistencia. Lo siguiente que recuerdo es despertar en la sala de recuperación con una resaca increíble debido a la anestesia general que me habían administrado.

¿Cuánto tiempo tardarás en recuperarte?

  • Ya estoy recuperado, lo que pasa es que llevo el yeso por aparentar, pero ya puedo volver a cargar piñas de plátanos con los dos brazos.
  • Bastante tiempo, lo suficiente para seguir requiriendo los servicios de mi querida asistente personal.
  • Cada paciente es distinto, pero seguramente sean un par de meses. Yo intentaré acelerar el proceso dentro de lo posible y prudente, por ahora tan sólo estoy moviendo los dedos para minimizar un poco la atrofia muscular y movilizar la cicatriz cutánea. Espero tener la menor limitación funcional a la flexoextensión y la pronosupinación que sea posible y que no impida mi trabajo.

No han sido las únicas, también me han preguntado por detalles mucho más específicos como por ejemplo qué posturas puedo hacer en la cama; a veces no sé si se refieren a cómo duermo o a otro tipo de actividades. Por cierto, quería aclarar que todas las respuestas tienen su parte de imaginación y su parte de realidad mezcladas en proporciones variables.

Pensamiento del día

Hay gente que tan sólo se acuerda de ponerse en contacto contigo cuando estás enfermo.

No se debe confundir la compasión con el apoyo; la compasión me revuelve las tripas, el apoyo me da las fuerzas que necesito.

Cambiar mi lateralidad no está siendo tan difícil como pensaba, lo que realmente me cuesta es vivir el día a día como si tuviese únicamente mi mano izquierda y un lastre doloroso por brazo derecho.

Una fractura desplazada de la cabeza del radio no hace que te plantees muchas cosas; la espera en la sala de urgencias, los largos y tediosos días de hospitalización, los dolores calmados con medicación intravenosa, los nuevos déficits funcionales y el período de convalecencia después de la cirugía sí que dan motivos suficientes como para pensar y recapacitar.

Lesionados

footballHoy tuve partido en El Cantillo, Tacoronte, y aunque ganamos 0-3 [la primera victoria fuera de casa] no acabé con buen sabor de boca. Un jugador acabó con una contusión importante en el pómulo derecho por un codazo. No hubo solución de continuidad, sólo una pequeña epistaxis, pero el chico contaba que tenía la sensación de que se le iban a caer los dientes, probablemente debida a la irritación del nervio maxilar superior.

El siguiente lesionado iba a ser mucho más complicado, una fratura de Colles del brazo derecho por una caída. Jamás había visto una fractura de este tipo en persona, sólo en la teoría y en fotos, pero tengo que decir que es bastante llamativa. La forma en tenedor, la deformidad distal del cúbito y el radio eran exageradas. Comprobé el pulso radial para descartar compromiso de la arteria y rápidamente llamé al 112 para que se lo llevasen al servicio de urgencias para evitar males mayores.

Desde luego, en lo que va de temporada ya he tenido más lesionados graves que los que tuve en el Tenerife C la temporada pasada. Por cierto, tengo que comprar una grapadora para suturar sobre la marcha y más tensoplast que ya no me queda apenas.