Suscripción

magazineAyer recibí en mi casa el volumen 26 de la revista Fisioterapia. Vale, soy Fisioterapeuta y es normal que reciba publicaciones de este tipo, pero no me esperaba encontrarme en el buzón esta revista. ¿Qué tiene de extraño? Pues que yo no me he suscrito a la revista y sin embargo aquí la tengo, delante de mis narices. No entiendo nada…

[En realidad podría ser más complicado, como si por ejemplo llegase un día y me encontrase un ejemplar de Sodomitas hoy en el buzón.]

¿Se les habrá ido la pelota a los de Doyma? ¿Alguien me habrá invitado a la suscripción? Si es esto último, gracias ^_^.

Status

idhunActualmente tengo mi ordenador en el médico por razones de incopatibilidad del disco duro a raíz de instalarle una nueva y flamante Ati x1900xtx. Además, sigo esperando por el iMac para sustituir a este cacharrito que ya lleva 8 añitos en mi casa pero me sigue sacando de apuros cuando lo necesito. Así estoy, leyendo libros y viendo la tele, más lo primero que lo segundo. Ya me he terminado La Peste, de Albert Camus, y el primer volumen de Memorias de Idhún, de Laura Gallego. He empezado el segundo volumen de Memorias de Idhún y también el primer volumen de la biblia de los puntos gatillo y el síndrome doloroso miofascial, a cargo de Travell y Simons.

Al final, el estar sin ordenador no ha sido tan malo…

Ánimo agujereado

desilusiónTienes ganas de llevar a cabo un proyecto, una forma de trabajar, de dar mejor atención a tus pacientes. Todo esto supone una inversión personal y, como tal, pedimos una retribución monetaria. Cuando te ponen pegas, excusas tontas y se ciñen simplemente al doble proporcional de lo que estás cobrando, pues te desilusionas bastante. Pasas de ser un trabajador eficiente, un buen profesional con trato inmejorable hacia los pacientes, a una cantidad de dinero a final de mes. Todo esto te va mellando poco a poco, pero es que lo de ayer es muy fuerte…

Ya no podemos almorzar la comida que le dan a los abuelos, no existe el precedente y puede suponer que el resto de personal se revele y también quiera hacer lo mismo. No será por la cantidad de comida que tiran, tal vez les sale más rentable tirarla a la basura que dársela a los trabajadores. Además, tanto que comparan para el salario y demás, no temenos un horario normal, porque entramos a las 9 y salimos a las 17, mientras que los auxiliares salen a las 15, hora buena para llegar a casa y almorzar.

Si todavía sigo trabajando allí es porque tengo algo de esperanza en que se pueda arreglar tanto el salario como lo del almuerzo, siempre que quieran ellos que se arregle. Lo que pasa es que desilusión tras desilusión tengo el ánimo agujereado…

Intrusistas

intruderJoder, últimamente todo el mundo tiene un titulillo de quiromasajista o está haciendo un curso o tiene algún conocido que lo está haciendo. Pues señores, yo ese título lo uso para sonarme los mocos o depositar en él cualquier otro tipo de desperdicio corporal que se me ocurra. Muchas veces se ha hablado por ahí del intrusismo que tenemos en nuestra profesión, cualquier persona con un titulillo de tómbola que se pone ha tratar con técnicas propias de la Fisioterapia y con cero conocimientos sobre indicaciones y contraindicaciones, y mucho menos sobre efectos fisiológicos, biomecánica o anatomía.

Me da asco que haya gente así, que no tenga ni un vestigio de ética o moral, que se autopromocione como tal o cual cuando en realidad tiene un trozo de papel higiénico que pone que sabe de algo, aunque en realidad haya aprendido a distancia y haya copiado en el examen que envió por correo. Lo que verdaderamente me corroe las entrañas es el pedazo de hijo de puta que tiene su centro en La Laguna, no recuerdo el nombre ahora mismo, y que justo enfrente tiene un garaje que hace las funciones de sede central de AcuCanarias. Mil veces y una más defeco sobre tu estampa, ojalá te quemen el puto chiringuito, pedazo de cabrón que te haces llamar fisioterapeuta y te dedicas a «formar» a gente, intrusistas todos, que nos quitan el trabajo a los demás.

Diagnóstico nocturno

fiestaA veces se da la situación en la que son las 3:30 de la mañana, estás de fiesta, rodeado por una multitud danzante y estás realizando un diagnóstico fisioterápico a una chica que se queja de dolor en el trapecio derecho. Valoras puntos gatillo, movilidad articular de las vértebras cervicales, altura de espinas ilíacas, nivel de L4 respecto al ombligo, nivel de espinas ilíacas anterosuperiores respecto a espinas ilíacas posteroinferiores… Es en ese momento cuando te paras durante una décima de segundo, todo a tu alrededor es silencio, te sientes solo en el universo y piensas "joder, esto es vivir la Fisioterapia".

Al final encuentras tantas cosas para tratar que decides decirle a la chica que se pase por tu consulta. Luego te das cuenta que no tienes consulta porque eres un asalariado, pero de todas maneras decides decirle dónde trabajas. Sabes que dentro de 8 horas, cuando se despierte, no va a recordarlo, pero algo en ti se ha encendido: es la esperanza, al igual que una vela. No es que quieras volver a verla a ella, es quieres volver a tener el problema frente a ti y solucionarlo.

No me cansaré de repetirlo una y otra a vez a quien me quiera escuchar [o leer], y no me importa que me crean o no. Yo no veo un culo, veo un glúteo mayor, o un piramidal, o la espina ilíaca posteroinferior, o el nervio ciático mayor. Yo no veo una teta, veo un pectoral mayor, o unos intercostales, o una clavícula, o un pectoral menor. Ahí está la diferencia entre un profesional y otro que no lo es.

Por otra parte, la chica era guapa, eso no se puede negar y tampoco está reñido con la profesionalidad ^_^