Un pasado en blanco y negro

De nuevo ando el camino hacia aquella calle, aunque sé que mi destino es ninguna parte. En mi memoria guardo aquellos secretos y también los pasos que me llevaban hasta tu cuerpo, pero sé que si regreso allí me dolerá el pecho más aún.

Y quién sabe cuánto más dolor será capaz de guardar antes de romperse.

Supongo que eres una batalla que nunca acepté que perdí, otra derrota más en esta guerra interminable que es anhelar todo lo que quiero. ¿Pero qué puedo hacer para luchar contra el hechizo de ese deseo que tanto niego y tanto evito?

Y lo intento, pero de nuevo siempre me reclama la nostalgia de aquellos momentos que tanto insisto en coleccionar, como en un álbum de fotos. Que de nuevo abro para mirar como un tonto aún sabiendo que me desconsolará saber que aquellos días tristes, tus noches a mi lado, mis versos escritos y los pecados que nos regalamos ya no son más que un recuerdo de un pasado en blanco y negro.

La atracción por lo complicado

La bodega de La RecicladaEl ser humano es un animal un tanto extraño, no existe lugar a dudas sobre ello. Cuando algún problema se nos presenta ante nosotros y resulta ser realmente sencillo, insultantemente fácil de resolver, instintivamente se activa algún área cerebral que nos alerta gritando «esto es demasiado simple, no puede ser posible» y enseguida nos colocamos en posición de defensa. Secretamente anhelamos que fuese así, tal y como aparenta ser, pero la sospecha nos hace pensar en que tiene que haber alguna trampa.

Tenemos una apetencia enfermiza por aquello que es complicado, nos sentimos atraídos por todo aquello que es difícil y nos supone un esfuerzo, y hasta en ocasiones somos capaces de transformar algo relativamente simple en un auténtico rompecabezas por el patológico placer de ponernos a prueba. Muchos de nuestros mal llamados problemas son en realidad retos que un niño podría solucionar con su bendito sentido pragmático, una habilidad que con el paso de los años, y paradójicamente al contrario de lo que debería suceder teniendo en cuenta la supuesta adquisición de experiencia que deberíamos experimentar al ir creciendo, hemos ido perdiendo como en una especie de involución autoimpuesta.

¿Qué nos sucede? ¿Por qué no podemos tomar como normal y simplemente aceptar algo que se nos presenta como fácil? ¿Por qué tenemos que complicarlo todo? Tal vez sea una epidemia de hipocresía que a partir de cierta edad nos infecta a todos y hace que gritemos de rabia que deseamos que todo fuese mucho más fácil mientras por otra parte hacemos totalmente lo contrario. Tal vez sea verdad que lo que fácil llega también fácil se va, que mientras más dura sea la batalla más dulce será la victoria, no lo sé.

Tan sólo me gustaría que ciertas cosas fuesen más fáciles.

Saber envejecer

DSCN0015Aunque la muerte sea el fin común a todos nosotros, hay algunos para los que el camino es cuesta arriba, otros recorren una llanura totalmente rasa y también los hay que aceleran su paso mientras descienden por una pendiente. También hay quien, en un arranque infantil, se declara en huelga y piensa que con no celebrar cumpleaños podrá lograr detener la procesión de las hojas del calendario pero lo cierto es que no se puede detener el latir del corazón a voluntad. Si fuera así, más de un amor roto se cobraría algo más que sentimientos.

Todos envejecemos, con más o menos prisa, con o sin ayuda, y muy pocas veces sabemos cómo hacerlo.

Hay personas que tratan de ocultar los signos más visibles del paso del tiempo, ya sea usando productos cosméticos o recurriendo a la aguja y el bisturí. Hazme caso, no te maquilles para disimular la irremediable marca de los años, hazlo porque te apetece sentirte más guapa, que no atractiva. La experiencia te enseñará que el atractivo depende mucho más de lo interesante que puedas llegar a ser que de la belleza porque, al fin y al cabo, es efímera. Las arrugas son como las cicatrices, recuerdos de batallas, o como los surcos de los antiguos discos de vinilo que al ser recorridos pueden contar muchas historias, así que no te avergüences porque son ellas las que guardan tus secretos.

Uno de los propósitos más acertado que podemos marcarnos en la vida es no perder nunca las ganas de reír, ocurra lo que ocurra, pues con cada carcajada brotan de nuestro interior algunas horas que le robamos al particular reloj de nuestra cuenta atrás. Las sonrisas francas y el sonido de una risa alegre, eso es lo que nos hace jóvenes.

Otro propósito es mantener la curiosidad, la manera de mirar al mundo que tienen los niños y las inquietudes que despiertan en ellos los misterios que no conocen. Tal vez con tus años ya tengas cierta experiencia que te haga comprender los acontecimientos del día a día con mucha más facilidad que cuando eras más joven, pero no por ello debes dejar de cuestionar las cosas; mantén tu mente despierta y ágil con el pensamiento crítico.

El último propósito que te voy a decir es que no reniegues nunca de tu reminiscencia. La memoria te debe servir para algo más que para mirar con nostalgia los recuerdos de tiempos pretéritos, también debes aprovechar las enseñanzas que te ha aportado tu pasado para saber discernir si quieres volver a cometer los mismo errores o no. En muchas ocasiones comprobarás que muchas de esas decisiones que en su momento consideraste como fallos en realidad fueron auténticos aciertos, así que no temas reincidir.

Recuerda, uno es tan viejo como uno se llegue a sentir.

Cuando tu nombre rimaba con amor

El color del otoño

Desde el recuerdo ha surgido una idea.

Definiciones

El amor puede ser todo y a la vez nada,
una simple palabra sobre el papel escrita,
un difícil problema en las matemáticas,
en la historia motivo de muchas batallas,
una reacción a una acción para la ciencia,
en el arte texturas, colores y formas...
Para mí es todo eso, más, y sólo una persona.

Recuerdo cuando tu nombre rimaba con amor, eran otros tiempos y nosotros también éramos otros.

Pensamiento del día

Lucha en cada batalla como si fuera la última.

I think that you’re such a P.Y.T. needing some T.L.C.

Depílate la lengua antes de hablar conmigo; me gusta mantener conversaciones claras y fluidas.

Pensamiento del día

No esperes encontrar a nadie igual, ni tan siquiera con cierto parecido; la clave está en que sea compatible contigo.

Un amor platónico no es más que un capricho que nos negamos a aceptar que está fuera de nuestro alcance.

Lo más difícil de aceptar son las propias limitaciones; una vez lo consigues y aprendes a vivir con ellas habrás ganado la batalla.