El síndrome isleño

DSCN0015En tierras continentales, tierra adentro, nadie te entiende, eres un bicho raro rodeado de otros tantos bichos raros. Encuentras en tu andar náufragos varados, cuyas ilusiones se quebraron en algún momento, y sin embargo no estás paseando por playa alguna.

Y miras a tu alrededor buscando la tranquilidad del horizonte, la rítmica danza de su superficie, pero no la encuentras entre tanto asfalto. Nunca has sentido tanta nostalgia de ese líquido amniótico salado que te ha visto crecer y tantas veces has mirado desde tu ventana.

Recuerdas su tacto, su fluidez, su líquida textura rodeándote no sólo por fuera sino también por dentro. Ese abrazo frío y húmedo, pero a la vez reconfortante, que te relaja mientras aguantas la respiración y te deslizas planeando, más lejos y más profundo.

Pero es eso, sólo una memoria, porque está lejos y te sientes deshidratar por su ausencia, como un ser acuático fuera de su medio natural, moviéndote pero sin flotar, como hundido entre tanto edificio y tanta gente.

Tu mirada sedienta busca sin hallar calma, como intentando encontrar algo o alguien que sacie esa parte de tu ser que necesita agua… Pero nunca serán lo mismo.

Porque los olores son distintos a su orilla, y la brisa tiene ese sabor salado y esa consistencia, como más mineral. Y su vaivén sonoro tiene otras tonalidades, como más verde por las algas, y más azul por la profundidad, y más negro por la arena, y más blanco por la espuma.

Hablas con la gente, pero no de esas cosas, porque no quieres parecer más raro aún. Porque no te entienden, porque sólo un isleño puede entender a otro, sólo un ser marino puede comprender a otro, sólo un cuerpo acuático puede fluir con otro.

Y echas de menos fluir, de noche o de día, dentro o fuera, solo o en compañía.

Pensamiento del día

«Cambios de humor bruscos y repentinos» es un eufemismo tras el que se esconden los bipolares.

A veces ser verdaderamente fuerte consiste en ser capaz de perdonar a aquellos que nos han decepcionado.

¿A dónde van las gotas de agua de la clepsidra? ¿A dónde van los granos de arena del reloj? Probablemente al mismo lugar a donde se van los besos que no damos.

A la biblioteca

Biblioteca

Alguien se va a estudiar a la biblioteca y ese pequeño gesto me sirve de inspiración para un par de versos.

Entre páginas

En el papel traté de encontrar una idea
que meciera a mi mente como la marea
y dejase en la arena a mi barca varada
como un náufrago que por fin llega a la orilla.

Pero sé que en libros no voy a hallar respuesta
pues no hay palabras que destilen tu belleza.
Es una búsqueda de una utopía vana
que no me ofrecerá consuelo ni alegría.

Entonces te miro y de mí brota poesía,
y como si se tratase de una indulgencia
mis labios tan sólo esperan probar su esencia
pues tú eres mi fuente de agua fresca y limpia.

Los libros pueden ofrecer palabras que ayuden a expresarnos pero la verdadera inspiración nace de aquello que hace que nuestro corazón se agite.

Fuerteventura

fuerteventuraBueno, mañana a las 9:20 tendrá lugar el despegue hacia tierras majoreras. Estaré perdido por aquellas playas, casi 10 años después de mi primera visita. En realidad no sólo espero perderme entre las curvas sensuales de las dunas, no sé si me explico :angelnot:. A ver qué tal sale todo…

¡Nos vemos el lunes!