Tópicos a desterrar. Romántico

romanticLas mujeres quieren a un hombre romántico, pero ni ellas mismas saben lo que eso significa ni las consecuencias del que sufre el no ser correspondido. A menudo ven las muestras de romanticismo, como puede ser la poesía, una cursilada, una tontería fuera de lugar y época que les avergüenza. Creen que una cena en un restaurante bonito o regalar una flor son acciones románticas pero, quizás por mi manera de ser, eso lo veo como algo normal y nada fuera de lo común. Son situaciones agradables pero no puramente románticas.

Para mí una muestra de romanticismo no es tan material sino que debería ser más etérea, más puramente sentimental. El considerar a la otra persona como parte de uno mismo, llegar a necesitarla de tal manera que sólo se puede vivir con ella a tu lado, el hacer siempre lo mejor para ella antes que para mí… Eso es romanticismo, creer que aún hoy en nuestros días el amor es lo realmente importante.

Luego vienen los desengaños, cuando alguien romántico cree estar con alguien igual y al final resulta que no es más que otro maniquí del montón, un ser animado que se mueve y actúa como una persona pero que no lo es, que te dice que te ama pero realmente no es así porque en su interior se ha trazado un plan en el que tú estás ahí pero eres una pieza prescindible en la partida.

Los románticos tenemos los días contados, porque aunque se nos reclame para sanar los corazones que otros cabrones han jodido, somos como las tiritas, que una vez la herida sana se tiran a la basura. Las mujeres no quieren hombres buenos, quieren cabrones superficiales, aún sabiendo que las van a joder, pero es así de triste.

El amor es lo que nos hace humanos, los sentimientos son los que nos dan nuestra condición de personas, no lo material, que es algo banal. Pero claro, para llegar a esa conclusión hay que ser romántico, y lamentablemente quedamos pocos. Yo aún sigo creyendo en el amor, en mis valores, y de ahí no me van a mover.

Ayudas

helpTodos nos ayudamos, de una u otra manera, según las intenciones de cada uno y la manera de interpretar dichas ayudas. Si te digo que te quiero follar te estoy ayudando a ver que siento atracción sexual hacia ti. Si te digo que vales menos que una mierda te estoy ayudando a entender que a mi parecer no mereces respeto por mi parte. Así un largo etcétera.

Como siempre he dicho, no hay palabras mal expresadas sino mal entendidas. Bajo esa premisa, las ayudas se interpretan de diferentes maneras según el interlocutor. Resumiendo, todos recibimos ayudas de todo el mundo, c.q.d.

Elección

election

-Bueno, estoy aquí porque ya he tomado una decisión. He estado bastante mosqueada…

-Lo sé, lo sé…

-Me has pedido que elija entre él y tú, y ya he hecho la elección. [L], te presento a [A].

Y allí estaba yo, de pie en frente de mi otro yo, como si me estuviese viendo en el espejo. Mi otro yo la estaba agarrando por la cintura como tantas veces lo hice yo y me sonreía con un gesto que expresaba triunfo. No sé qué coño me quiere decir mi mente maltratándome con estos sueños, pero sólo sé que justo en ese instante sonó el despertador, pero aún seguía con la imagen clavada de mi otro yo junto a ella.

¿Tengo que renunciar a una parte de mí para alcanzarla? ¿El que estaba al otro lado era yo realmente y yo me encontraba mirando a través de otros ojos? El hecho de que no me llamase por mi nombre sino [L] me da que pensar. Dentro de mí sé que siempre tendré la partida ganada, sólo hace falta que ella se quiera dar cuenta.

Tópicos a desterrar. Yo invito

inviteHistórica y culturalmente siempre se ha establecido que en una relación el hombre siempre debe invitar a la mujer, ya sea al cine, tomar algo o almorzar. Parece que si un hombre no paga la cuenta queda mal, que es un caradura o, incluso, un vividor a costa de su pareja.

Pues no, yo he invitado y me han invitado, y no ha habido ningún tipo de problema en ese aspecto. Incluso he pagado a medias y en ningún momento me he sentido extraño. Así que a partir de ahora todo el mundo a pagar, que no sólo los tíos tenemos dinero.