¿Libertad de expresión o libertinaje expresivo?
Cuando estás feliz, comes más y mejor.
I don’t want nobody, I don’t want nobody baby but you. There’s something ‘bout your body that’s got me thinkin’ of nobody but you.
Cuando te despiertas minutos antes de que suene el despertador porque no tienes más ganas de dormir suele ser una de las mejores maneras de empezar el día. Cuando ésto ocurre en buena compañía, pues mucho mejor.
Estas son algunas de las actuaciones a las que he tenido la suerte de poder asistir en vivo.
Escrita por Elpidio Ramírez, Roque Ramírez y Pedro Galindo, esta canción popular mexicana obtuvo su fama de la voz de Miguel Aceves Mejía. A lo largo de los años ha sido interpretada por numerosos artistas, cada uno a su estilo, pero quizás la versión más famosa [y más potente] de este clásico aparece en los títulos de créditos finales de la película Kill Bill: Vol. 2, interpretada por el grupo Chingon.
Miguel Aceves Mejía – La Malagueña:
La letra original:
Chingón – Malagueña Salerosa:
Fragmento de la ópera Rinaldo de este genial compositor. Canta Philippe Jaroussky, contratenor.
Esta mañana me levanté con esta canción en la cabeza. Al llegar al trabajo y mirar en youtube he recordado este vídeo que vi siendo yo chiquitín. No creo que lo haya visto en su estreno en 1987, pero tengo algún recuerdo de infancia en el que sale la voz de Nina Simone y estos gatos [o perros, estoy dudando] en stop motion.
Antes de terminar un puzzle siempre parece que nos va a faltar alguna pieza.
El amor no es barato.
A menudo, la felicidad propia provoca que otros sean infelices.