¿Israelitas o israelíes?

Siempre he tenido la duda sobre cómo llamar a los oriundos de Israel, porque he leído las dos maneras. La razón de esta historia no tiene tantos fines lingüísticos, simplemente es una excusa para soltar mis malas ideas escatológicas que pesan sobre todos estos hijos de puta que se dedican a bombardear el Líbano o bien están a favor de estos bombardeos.

terroristMe hace gracia que los otros hijos de puta que son los Estados Unidos, que se meten en todos los conflictos que pueden, justo en este no tienen nada que decir en contra. Es más, el cowboy retrasado que tienen de presidente no tiene ningún tipo de problema para decir que lo único que hace falta es bombardear un poquito más para quitarse el problema de encima. Lo que quizás muchas personas no sepan es quién manda en Estados Unidos. Todos los políticos son marionetas de espectáculo barato y los titiriteros son los empresarios, el motor económico de ese trozo de mierda en el mapa que se extiende por cuatro husos horarios.

Lo más inquietante de todo no es que las empresas de armamento se froten las manos con el mercado armamentístico que se les presenta encima de la mesa, lo realmente espeluznante es que la riqueza de Estados Unidos está en manos de judíos. Sí, los judíos, cuya cuna de sus antepasados fue Israel y que pasaron por tantas penurias a lo largo de la historia, mártires del mundo por ser el pueblo elegido de Dios y siendo todos hijos de Abraham, tocayo mío. Luego, ya se pueden ir haciendo a la idea de por qué a EE.UU. no le importa que los cabrones de Israel maten inocentes, es más, creo que disfrutan viendo cómo después de años de ser perseguidos pueden volverse contra el mundo que los odió y darle por culo, en pura actitud rencorosa y vengativa.

Tiempo al tiempo, sólo digo eso, que Israel por ahora sólo se está centrando en sus vecinos, pero llegará el día en que España se vea amenazada por este país. Mientras tanto, en EE.UU. «Bush Jr.» estará dando saltos de alegría ante la perspectiva de volver a colocar en el poder de nuevo a «Ansar«, su fiel perrito faldero. Después de todo, los Estados Unidos ya tienen experiencia en cololocar dictadores en otros países, como por ejemplo, en Sudamérica.