En el océano de la vida…

Las relaciones interpersonales son un universo aparte. Siempre lo he dicho, lo más complicado es saber relacionarse, con quién y cómo. Nunca pidas respeto a alguien que no se respeta a sí mismo. No esperes comprender a alguien que no se comprende a sí mismo. Si sientes que pierdes el tiempo con alguien, tienes que evaluar si realmente vale la pena intentar mejorar la situación o mandarlo todo a la mierda. No mereces a nadie que te haga sufrir, no vale la pena.

Las relaciones son inversiones, a veces salen mal y otras veces salen bien. Si crees que vas a obtener beneficios, sigue adelante, pero si vas a tener pérdidas, ahí se debe poner fin. Nuestra felicididad, al contrario de lo que muchos piensan, es una riqueza limitada, así que olvídate de todos esos egoístas que sólo quieren llenar su saco a costa de vaciar el de los demás. Tiene que haber una reciprocidad, un intercambio justo, interés mutuo, porque si no la relación se torna en parasitismo. Que nadie te robe tu felicidad, resiste, defiende, que nadie te haga desfallecer y te arranque tu bien más preciado.

Ten siempre presente que la pérdida no es más que una nueva oportunidad para encontrar, el mundo no se acaba. Y recuerda, si esa persona te hiere es que no la mereces. En el océano de la vida no es más que un pequeño pez, así que sal ahí fuera a nadar.