Aquí abajo en el suelo (y V)

Esta tarde volví a recordarlos, aquellos momentos, pero me parecen espejismos lejanos ahora. ¿Qué vi en ellos? ¿Qué imaginé después de ellos? La espumosa corriente de tu río me llevaba hacia un destino incierto, que incluso ahora se mantiene oculto de mi mirada escrutadora, todo porque el cauce se secó dejándome solo en el lecho pedregoso de lo que se me antojó en aquel entonces algo más. Desde aquel día espero que vuelva a llover, que vuelvan a correr las aguas que tan dulcemente me mecieron en su momento para luego dejarme sediento, anhelando lo que pudo ser.

Sigo aquí abajo en el suelo, todavía dolido por tus palabras. Siempre te vas dejando como despedida puñales que se clavan en mi carne buscando lo que queda de mi corazón. No entiendo por qué dices que no te he echado de menos, no sé cómo te lo puedo demostrar, no sé qué quieres que te demuestre en realidad. Siempre igual, la incertidumbre que te rodea y me contagias, y sale a flote en las noches como esta, en la que el pretérito ahoga cualquier atisbo de presente. ¿Por qué no hablas claro, sin tapujos, mostrando quién eres realmente? Creo que eso es lo que más me quema, la sensación de que yo no te he escondido nada y tú apenas me has mostrado algo…

Después de todo, aquí abajo en el suelo da tiempo para mucho, para ver cosas donde no las hay… O sí. Otra vez la incertidumbre…

Seguimos cambiando

Ayer comentaba el nuevo dominio liberitas.com y hoy me toca nombrar otro nuevo dominio liberitas.org. También el nuevo host por parte de Dreamhost.com, que gracias a una promoción he conseguido 2400MB de capacidad, 120GB de ancho de banda además de MySQL, PHP5, el dominio que elijas y todo eso durante un año por $9.25. ¿A que está muy bien la oferta? Cuando se acabe la oferta el próximo año, dependiendo de lo que me cueste mantener estos servicios veré si renuevo o no, o si no me pasaré a un plan de EcwHost que son bastante baratos y tienen Cpanel, que me gusta más.

Aquí abajo en el suelo (y IV)

¿Te acuerdas de mí alguna vez? ¿Recuerdas aquellas noches que compartimos ahí arriba en el cielo? Mis recuerdos son nítidos y el ellos flotas sobre tu cama de algodón. Me duele cuando dices que no te recuerdo, que me he olvidado de ti, porque no es cierto y parece que te empeñas en que sea verdad. ¿Realmente quieres oír que estás fuera de mi mente? Lo siento, no puedo mentir de esa manera aunque sea una mentira piadosa para contentarte. Te recuerdo, y sé que quiero volver a sentirte. No sé qué quieres, lo siento… ¿Lo sabes tú?