Burbujitas

Las bebidas con burbujas se denominan carbonatadas porque tienen ácido carbónico disuelto en agua. El ácido carbónico [H2CO3 (l)] se encuentra en equilibrio químico con el CO2 (g) según la reacción:

H2CO3 (l) + calor ↔ CO2 (g) + H2O (l)

El ácido carbónico es un ácido débil, es decir, su constante de disociación es baja [Ka > 1], se descompone fácilmente en agua [H2O (l)] y dióxido de carbono [CO2 (g)] si el equilibrio químico se ve alterado. Es por eso que estas bebidas tienen burbujitas, procedentes todas ellas de la disociación del ácido carbónico.

Cuando abrimos una botella de refresco se produce una expulsión de CO2 (g) contenido a presión en su interior. La consecuencia es el desplazamiento el equilibrio hacia la obtención de más dióxido de carbono (hacia la derecha) según el principio de Le Chatelier, ya que la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera es mucho menor que la concentración de ácido carbónico. Entonces comienza la descomposición del H2CO3 (l) desprendiendo CO2 (g) en forma de burbujas que pasa a la atmósfera y H2O (l) que pasa a la disolución.

Si dejamos la botella abierta va perdiendo dióxido de carbono debido al proceso anterior hasta que no quedan más burbujas, es decir, no queda más ácido carbónico para disociar y, por lo tanto, nada de dióxido de carbono en la disolución. Además, dicho proceso de disociación se favorece cuando aumenta la temperatura, ya que la reacción es endotérmica. Es por eso que se suelen tomar estas bebidas muy frías, para que una vez servidas el frío compense un poco el equilibrio hacia la izquierda.

Sobre la cerveza y el alcohol

La cerveza no es sólo una bebida, es un compendio de conocimientos:

  • Biología: en su fabricación interviene la fermentación por parte de levaduras. Estos pequeños hongos unicelulares, al ser anaeróbicas, no pueden hacer el proceso de respiración celular ya que, aunque les sobre glucosa en el medio en el que se encuentran, no tienen acceso al oxígeno. Como tienen que conseguir de alguna manera energía, se ven obligadas a realizar la fermentación, un proceso energético menos "rentable" que la respiración ya que produce menos ATP dejando como residuo, en este caso, alcohol etílico.
  • Belleza: en la antigüedad, los egipcios mantenían la frescura de su piel mediante la aplicación de espuma de cerveza. En Prusia, en el siglo XVI, las princesas empleaban la cerveza para cuidar el cutis y desarrollar el busto. Hoy en día, los fabricantes de champús incluyen cerveza en sus productos por sus propiedades suavizantes.
  • Salud: la cerveza posee un alto contenido en vitaminas, sales minerales, proteínas, fibras y carbohidratos. Según un estudio realizado en la Universidad de Cardiff (Reino Unido), la cerveza incrementa el colesterol "bueno", mejora la coagulación de la sangre, tiene un alto valor nutricional y favorece la digestión. Sus autores aconsejan el consumo diario de cerveza incluso a las mujeres en periodo de lactancia, dado que sus proteínas estimulan el flujo de la leche materna.
  • Dietética: la cerveza contiene de 4 a 5 grados de alcohol y carece de grasas. Una caña, por ejemplo, tiene menos calorías que un refresco, un vaso de vino o un zumo de piña.
    Calorías por cada 100 ml.: Cerveza (42), refrescos (44), zumo de piña (54), vaso de vino (67).

Luego están la propiedades inherentes del alcohol, no sólo presente en la cerveza sino también en el resto de las bebidas alcohólicas. El cuerpo humano es un sistema homeostático, por lo que cualquier cambio de una de sus innumerables variables produce un proceso de "re-equilibrio".

  • El alcohol pasa desde el tracto digestivo hasta la sangre en el estómago y en el intestino delgado. Cuando el estómago está vacío pasa más rápidamente a la sangre, y las mezclas con bebidas carbonatadas aumentan su absorción. Los efectos derivados del consumo de alcohol son presentes cuando el hígado se ve desbordado de su capacidad de metabolizarlo: 100 miligramos de alcohol por kilogramo de peso corporal y hora.
  • El alcohol es diurético, así que la necesidad de evacuar la vejiga es más recurrente. Este mismo efecto diurético provoca pérdida de líquidos desde el plasma sanguíneo y las células, ya que la variación del equilibrio osmótico afecta a todo el organismo. Esta deshidratación provoca la activación del centro de la sed, localizado en el cerebro, más concretamente en el hipotálamo, así que se hace patente la necesidad de tomar líquido.
  • El alcohol es neurotóxico, y siente especial predilección por las células del cerebelo. El grado de afectación neurológica es proporcional a la concentración de alcohol en sangre. Los efectos derivados de la intoxicación alcohólica del cerebelo son los mismos que los que se dan en el síndrome cerebeloso:
    • Alteraciones del equilibrio: Presenta ataxia estática y dinámica, el individuo no puede permanecer en posición bípeda, pierde el equilibrio, ya sea parado o en marcha. El paciente aumenta su base de sustentación, abriendo las piernas. Si camina su trayecto es oscilante, es la marcha del beodo o borracho. Se debe ello a la destrucción de las conexiones del archicerebelo con las vías vestibulares.
    • Hipotonía muscular: se acompaña de un temblor dinámico, mientras que el parkinsonismo es un temblor estático, en cambio el cerebelo no tiembla en reposo, pero sí durante el movimiento. Se debe a la lesión de dos conexiones del paleocerebelo. Los fascículos espino-cerebelosos transmiten la sensibilidad profunda inconsciente de modo que gracias a ellos el cerebelo recibe información de la posición y tono de los músculos. Mediante el fascículo rubro-espinal, el paleocerebelo estimula las células gamma de las astas anteriores que regulan el tono muscular. La lesión de estas fibras da lugar a una hipotonía.
    • Apraxia: se alteran los movimientos voluntarios, apareciendo dismetría, o sea, no se calculan bien las distancias que nos separan de los objetos, así, al intentar coger un objeto, sobrepasamos o no llegamos a este. La adiadococinesia no permite movimientos alternos rápidos, como la pronosupinación. La disartria, o dificultad para articular las palabras, también se hace notable.

El mejor banco de pruebas lo tenemos todos los fines de semana en los distintos lugares de fiesta, discotecas, baretos o simplemente por la calle.